Ayer corrí una nueva ultramaratón, aunque la disfruté como si fuera la primera. En la línea de salida de nuevo se unieron, en mezcla imposible, esas extrañas sensaciones de arrojo y temor, ilusión y desazón, fortaleza y debilidad, incertidumbre y decisión… Un sudor frío me acariciaba las mejillas, cuando de pronto se dio la salida y las pulsaciones empezaron a subir de manera incontrolada. Los primeros metros, tal vez kilómetros, los disfruté como nunca antes lo había experimentado; sentí euforia y me sentí fuerte y con ganas de saborear el éxito. Con una energía inusitada comencé a adelantar a corredores, dejando atrás a numerosos amigos y conocidos, no sin sentir cierta congoja por ello, aunque pudieron más mis ganas de hacer algo grande. A mitad de carrera divisé un cartel a lo lejos y sus guarismos quedaron como grabados a fuego en mis incrédulas retinas; había superado los cincuenta kilómetros y la prueba comenzaba su devenir descendente hacia la línea de meta. Mis piernas, como impulsadas por un viejo motor de vapor, como aquellas locomotoras del lejano oeste, martilleaban una y otra vez el suelo bajo mis pies, aplastando a todo cuanto encontraba a su paso y levantando una densa polvareda. El viento a favor, el terreno ligeramente descendente y la temperatura perfecta se aliaron a mi favor y saltándome los últimos avituallamientos, pues no los necesitaba, crucé la ansiada pancarta y el reloj por fin se detuvo. Como en cámara lenta, observé al público vociferando palabras ininteligibles y aplaudiendo acaloradamente, mientras decenas de personas se acercaban para unirse a la fiesta. En ese momento aquellas mejillas mojadas por el sudor frío de la inseguridad se tornaron en lágrimas de alegría por el deber cumplido…
…al divisar mi casa desperté del sueño y observé como dejaba atrás mis 2,7 Km. y un no menos desdeñable tiempo de 15 minutillos. Prueba superada.
Nota aclaratoria: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Nota aclaratoria: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
NOCTURNIS ONE. pulisa
sin comentarios, mucho aceite
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