I Gran Vuelta Valle del Genal

Como breve introducción quisiera decir que el Valle del Genal nunca lo había visitado, a pesar de estar a escasas 2 h. de distancia, y que fueron mis compañeros de club, quienes ya habían realizado algunas incursiones, los que me habían hablado muy bien de este espacio natural de extraordinaria y singular belleza, así como de riqueza ecológica y paisajística. Dicho esto, en cuanto supe de la prueba, a pesar de ser tener una distancia cercana a los 116 km. y un desnivel positivo de 6255 metros, perfil de auténtico diente de sierra, no lo dudé y me dije: a esta me apunto. Luego, mas detenidamente, pensé en el “embolao” que me había metido al no caer que por la fecha de la carrera conllevaría una preparación con temperaturas altas.

Sin embargo, en cuanto a la prueba en sí, el día estuvo nublado, con lluvia intermitente de escasa relevancia y una pequeña tormenta que afortunadamente no fue a más -nos llevó a ver una bella estampa de doble arco iris-. Ello unido a suaves temperaturas fueron los únicos factores que nos favorecieron. Se podría resumir todo en continuas subidas y bajadas, con pocos lugares llanos, terreno variado combinando zonas técnicas, pistas, senderos y cortafuegos: auténtico trail. El primer escollo duro nada más comenzar, Jardón (distancia 10,7 km, desnivel +907 m.), luego descenso hacia Pujerra, para dirigirnos a las localidades de Igualeja, Parauta, Cartajima, Juzcar, Faraján, Alpandeire, Atajate, Benadalid, Benalauria y Algatocín; todo ello entorno a un bello paraje de frondosos bosques de castaño en período de recolección. Destacar las pronunciadas subidas y bajadas en los que ibamos recorriendo distancias en torno a los 5 km. entre pueblos, acumulando desniveles alrededor de los 300 positivos entre uno y otro. De  Benarrabá hasta Gaucín nos metieron mas de 600 metros de desnivel positivo, pero ya en Gaucín nos hicieron bajar una zona técnica muy pronunciada y peligrosa. A esas alturas de la prueba -km.82,75- de auténtico rompepiernas, el personal empezaba a estar “cascado” fisicamente. Aunque suene a paradoja, empezaba el tramo de extrema dureza. En Molino del Capitán -km. 98,85- nos metieron por un cortafuegos que va a dar mucho que hablar en todos los foros: una subida de unos 3 km. de auténtico muro. Cada vez que miraba hacia arriba y veía luces de balizamiento me decía que si nos querían llevar hacia el cielo. Salvado este escollo, y tras una intensa bajada, nuevamente otra cuesta ascendente hacia Genalguacil de “coco y huevo”. Para que el personal se haga una idea entre Molino del Capitán y Genalguacil hubo un desnivel positivo de 950 m. A estas alturas -km. 111,45- , y con el físico muy tocado, lo único positivo que se me venía a la cabeza es que la meta estaba cerca y había que terminarlo si o si, no sin antes subir por un sinuoso empedrado camino a Jubrique. Allí me topé a una pareja de la organización que estaba tomando imágenes de la prueba, dando ánimos a los participantes y haciendo mención a la dureza del citado cortafuegos. pues era para no-humanos. Para colmo de los colmos, a la entrada de Jubrique me equivoqué de calle y tuve que callejear un poco, finalizando con un tiempo, no oficioso, de 28 h. Estando en meta, una chica que la cruzaba no pudo contener la emoción y entre lágrimas solo pudo esbozar: “Ha sido muy dura”, rompiendo en ese momento todos los presentes un sonoro aplauso a tanto esfuerzo. Reseñar que en lineas generales la organización estuvo a gran altura tratándose de su debut en un evento de tal magnitud.

P.D. No quiero dejar de pasar por alto que la mayor parte del recorrido la hice junto a la grata compañía del matrimonio formado por Yeye y Pepe, ambos miembros del Club de Montaña de Chiclana, quienes se fueron quedando atrás en el dichoso cortafuegos. Igualmente, la participación de Super Paco supuso que la liara por cada pueblo que pasaba, figura clave de promocion del evento.

Perico