Todos somos conscientes de la importancia de la practica de actividades deportivas para mantener un buen estado de salud, pero ello no siempre es así, pudiéndonos llevar a equívoco. La actividad física, como casi todo en la vida, tenemos que realizarla con moderación y siendo en todo momento conscientes de nuestras posibilidades y limitaciones; el equilibrio es vital para que nuestro organismo no se dañe.
Muchos somos los aficionados que, subconscientemente o no, entramos en una espiral de mejorar nuestras marcas personales, o bien nos proponemos unos objetivos por encima de nuestras posibilidades, exponiendo a nuestro cuerpo a un sobreesfuerzo físico para el que aún no está preparado. Casi siempre esta forma de actuar viene impuesta por múltiples motivos; como la obtención de resultados, autoexigencia, orgullo, no quedar descolgado del grupo, o por pura negligencia. Es muy común ver como todo finaliza en lesiones musculares que requieren la visita a un especialista, con el consiguiente desembolso económico que ello conlleva.
Lo verdaderamente importante es saber siempre en qué momento de forma nos encontramos y actuar en consecuencia, y por supuesto ello pasa por no hacer sobreesfuerzos que nos puedan perjudicar. Por último, no podemos caer en la obsesión de la práctica constante o desmesurada, pues el descanso también debe formar parte de nuestros programas de entrenamiento. Tenemos que intercalar días de descanso, para dejar reposar el músculo y permitir su recuperación. Y un detalle a tener en cuenta, sobre todo a lo que ya tenemos cierta edad, con la práctica excesiva de ejercicio físico estamos más expuestos a un envejecimiento prematuro. Así que cuidadín, cuidadín…
Muchos somos los aficionados que, subconscientemente o no, entramos en una espiral de mejorar nuestras marcas personales, o bien nos proponemos unos objetivos por encima de nuestras posibilidades, exponiendo a nuestro cuerpo a un sobreesfuerzo físico para el que aún no está preparado. Casi siempre esta forma de actuar viene impuesta por múltiples motivos; como la obtención de resultados, autoexigencia, orgullo, no quedar descolgado del grupo, o por pura negligencia. Es muy común ver como todo finaliza en lesiones musculares que requieren la visita a un especialista, con el consiguiente desembolso económico que ello conlleva.
Lo verdaderamente importante es saber siempre en qué momento de forma nos encontramos y actuar en consecuencia, y por supuesto ello pasa por no hacer sobreesfuerzos que nos puedan perjudicar. Por último, no podemos caer en la obsesión de la práctica constante o desmesurada, pues el descanso también debe formar parte de nuestros programas de entrenamiento. Tenemos que intercalar días de descanso, para dejar reposar el músculo y permitir su recuperación. Y un detalle a tener en cuenta, sobre todo a lo que ya tenemos cierta edad, con la práctica excesiva de ejercicio físico estamos más expuestos a un envejecimiento prematuro. Así que cuidadín, cuidadín…
Pedro Nocturnis
pedro que yo soy de los de la edad, que acojone, yo que me sentia joven.....
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