Desayunar bien es fundamental

Algunos deportistas piensan, equivocadamente, que el ayuno limpia el organismo de toxinas y prepara el metabolismo para el desgaste propio de las carreras de fondo. Esta creencia errónea se achaca a que un músculo limpio de toxinas se le supone más capacitado para cargarse de glucógeno, pero dicha afirmación carece por completo de base científica. Más bien se produce el efecto contrario, y es que el músculo al no reponer el glucógeno consumido durante el día anterior, se va descargando de energía. Estudios realizados en estudiantes de la Universidad de California demostraron una reducción del 45% de la potencia aeróbica máxima entre corredores que no habían desayunado previamente a la realización del test. Éstos tuvieron mayores dificultades para encontrar el ritmo, y tras efectuarles una análisis de sangre se determinó que tenían un 17% menos de glucógeno muscular que aquellos que desayunaron correctamente. Los investigadores tras el estudio concluyeron que ayunar antes de una competición de largo recorrido equivale a correr durante 60 minutos antes del evento. 

Por ello se recomienda, antes de una prueba de estas características, desayunar fuerte, cargando el cuerpo de carbohidratos, e hidratarse convenientemente. No obstante, conviene reducir la ingesta de lácteos, por su pesada digestión, así como bebidas carbonatadas. También conviene eliminar del desayuno bollería industrial y productos con azúcares simples, sustituyéndolo mejor por azúcares complejos aderezados con miel. Se recomienda pan, jamón cocido, cereales, tostadas con aceite de oliva, fruta variada y zumos. En cualquier caso debe imperar el sentido común y no llenarse en exceso, pues también el efecto podría ser perjudicial. Un buen desayuno nos prepara para afrontar con éxito esa prueba de larga distancia que hemos soñado y para la que llevamos tanto tiempo entrenando y sacrificándonos.

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