Un total de seis nocturnis completamos el último entreno largo antes de los 101 km. de Ronda. Tras un buen desayuno en la Venta Julián, de El Bosque, pusimos rumbo a la vecina Villaluenga del Rosario, comienzo de la ruta de entreno prevista para la jornada del sábado. Desde allí, y hacia las 10:00 h., comenzamos al trote un empinado descenso hasta llegar a la cancela que delimita con los Llanos del Republicano, valle que atravesamos hasta llegar al inicio del Puerto del Correo (1.021 m.). Posteriormente llegamos hasta un nuevo valle, esta vez los Llanos de Líbar, y de nuevo al trote, sorteando el barro y los charcos, hasta alcanzar un estrecho sendero que nos condujo hasta el inicio de una larga pista descendente. Dicha pista termina en el punto de destino, Cortes de la Frontera, la cual bajamos corriendo suave, llegando hacia las 12:00 h. y cubriendo la primera parte del recorrido, de aproximadamente 12 km., en tan solo dos horas.
Allí en Cortes disfrutamos de un bocadillo, acompañado de las cervezas de rigor, y recargamos los botes de agua de una fuente cercana, para acto seguido retornar hacia el punto de origen. Nada más empezar nos topamos con un fuerte ascenso por una pista de hormigón interminable, la misma que anteriormente bajamos corriendo. Sin embargo, en un punto de la misma decidimos tomar un "atajo", aunque éste fue más cuesta arriba si cabe. Fue muy duro por la pendiente y las rocas, ya que se convirtió en un auténtico cresteo, e incluso andamos algo perdidos por unos instantes, pero enseguida descubrimos que en realidad habíamos cortado camino, encontrándonos en el punto más alto, donde termina la pista y comienza el sendero que nos lleva a Líbar. Antes había que cruzar un llano donde abundan numerosas reses de ganado bovino y que atravesamos más rápido de lo normal, pues había vacas con crías que no paraban de controlarnos con miradas amenazantes.
Luego hicimos una breve parada para visitar la impresionante Sima de Líbar, auténtico desagüe que recoge las aguas procedentes de las paredes de caliza cercanas, como el cercano "Mojón Alto". Luego, calvete, con su fuerza habitual, puso la directa para en fila india conducirnos hasta el Puerto del Correo nuevamente. Una vez dejado atrás este escollo, enfilamos de nuevo al trote los Llanos del Republicano, aunque en este caso tuvimos que echar mano de los chubasqueros, pues comenzó a caer una tenue lluvia. Impresionante la imagen de los seis corriendo bajo un fino manto de agua en un paraje incomparable... Para terminar, la que al inicio de la ruta fuera un empinado descenso ahora era lógicamente cuesta arriba. Esta última parte se nos hizo muy dura, no solo por el esfuerzo acumulado sino por el aguacero que nos cayó cuando ya estábamos a punto de terminar la ruta. La verdad es que hizo un día muy bueno, pues solo llovió al final, cuando las previsiones eran mucho más pesimistas. Empleamos para el regreso 2h. 30m., por lo que en total el entreno sumó las 4h. 30m., más 1h. de comida. Luego estuvimos en la fábrica de queso Payoyo de Villaluenga, donde hicimos unas compras, y para concluir tomamos un cafelito en El Bosque.
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Allí en Cortes disfrutamos de un bocadillo, acompañado de las cervezas de rigor, y recargamos los botes de agua de una fuente cercana, para acto seguido retornar hacia el punto de origen. Nada más empezar nos topamos con un fuerte ascenso por una pista de hormigón interminable, la misma que anteriormente bajamos corriendo. Sin embargo, en un punto de la misma decidimos tomar un "atajo", aunque éste fue más cuesta arriba si cabe. Fue muy duro por la pendiente y las rocas, ya que se convirtió en un auténtico cresteo, e incluso andamos algo perdidos por unos instantes, pero enseguida descubrimos que en realidad habíamos cortado camino, encontrándonos en el punto más alto, donde termina la pista y comienza el sendero que nos lleva a Líbar. Antes había que cruzar un llano donde abundan numerosas reses de ganado bovino y que atravesamos más rápido de lo normal, pues había vacas con crías que no paraban de controlarnos con miradas amenazantes.
Luego hicimos una breve parada para visitar la impresionante Sima de Líbar, auténtico desagüe que recoge las aguas procedentes de las paredes de caliza cercanas, como el cercano "Mojón Alto". Luego, calvete, con su fuerza habitual, puso la directa para en fila india conducirnos hasta el Puerto del Correo nuevamente. Una vez dejado atrás este escollo, enfilamos de nuevo al trote los Llanos del Republicano, aunque en este caso tuvimos que echar mano de los chubasqueros, pues comenzó a caer una tenue lluvia. Impresionante la imagen de los seis corriendo bajo un fino manto de agua en un paraje incomparable... Para terminar, la que al inicio de la ruta fuera un empinado descenso ahora era lógicamente cuesta arriba. Esta última parte se nos hizo muy dura, no solo por el esfuerzo acumulado sino por el aguacero que nos cayó cuando ya estábamos a punto de terminar la ruta. La verdad es que hizo un día muy bueno, pues solo llovió al final, cuando las previsiones eran mucho más pesimistas. Empleamos para el regreso 2h. 30m., por lo que en total el entreno sumó las 4h. 30m., más 1h. de comida. Luego estuvimos en la fábrica de queso Payoyo de Villaluenga, donde hicimos unas compras, y para concluir tomamos un cafelito en El Bosque.
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pulisa
Me quedo asombrado y con envidia por la ruta que habéis hecho corriendo. Hace poco la hice andando (sólo la ida) y la zona entre cortes y llanos de libar me pareció durísima por las cuestas iniciales y por la cantidad de piedras que había por el camino Así que corriendo mucho más dura si cabe. ¡Enhorabuena! y suerte para Ronda.
ResponderEliminarHola chavales, un saludo, soy Pedro. Pulisa, muy buena cronica. Hay que tener en cuenta el comentario de Angel, en cuanto que nos ha faltado fotos de los avituallamientos. Se nos paso. Bueno, para la proxima ya lo tendremos en cuenta. P.D. Como podeis comprobar no estan colocados los acentos, tiene su historia y ya os lo contare, tampoco he podido poder el comentario con mi nombre, de ahi que me haya presentado.
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