Otro año más y ya van seis

No tendré buen recuerdo de la sexta maratón; todos sabemos que es una prueba especial, dura y exigente, que puede tumbar al más pintado, y este año se ensañó conmigo. Calvete me informa el sábado por la tarde que no se ha recuperado de la infección, por lo que vamos solamente Juan Herruzo y yo. Café a las 6 de la mañana, parada en El Fantasma a descargar y en el estadio olímpico a las 8.30. Antonio el carnicero nos da los dorsales y a prepararse. Emocionante la salida como siempre. Impresionante, con 5.500 corredores en el tartán; tardamos 8 minutos en hacer el primer kilómetro. Prudente, dejo ir al globo de las 4 horas, empiezo a coger ritmo y al cabo de 6 km ya lo he cogido, ando un poco junto a él y en el 8 lo dejo atrás y sigo a mi ritmo, me uno a un grupo de corredores de Jaen y Toledo hasta el km 14 en que el globo de las 4 h. nos vuelve a coger. Voy muy bien de piernas y respiración, y en el 15-16 subo un poco la velocidad y rebaso al del globo. A ese buen ritmo subo Kansas City y paso la media maratón en 1.53. Comienza la búsqueda de la avenida de las Palmeras, hacia el Km. 29, donde llego muy bien; he bebido agua y acuarius y me he tomado dos barritas de gelatina. Giramos en el campo del Betis, comenzando las Palmeras, 2.5 km. interminables, pero que los transito con muy buenas sensaciones. Cruzo el rio hacia Triana por el puente de los Remedios, y yendo por la ronda de Triana, en el km 33, noto un pinchazo en el gemelo izquierdo, me extraño porque hasta entonces mantenía el ritmo sin dificultad, me pongo en guardia, ya que tengo experiencia en la maratón (demasiada) con la subida de los gemelos, cuando hacia el km. 34 vuelve el pinchazo en los dos gemelos y en el cuadriceps derecho. Llegamos a una zona de adoquines, de solo 150 metros, pero para mí se convierte en un calvario, los gemelos se me suben y el cuadriceps parece que se quiere salir de la pierna. Km 35, veo que no puedo seguir corriendo porque los calambres son tan fuertes que a veces siento que voy a caer al suelo, decido parar y continuar andando, paso el puente del cristo de la expiración (qué nombre tan acertadamente colocado) y entro en Torneo, cada vez que intento correr no hago ni 100 metros, por lo que sigo andando, parando a estirar, así hasta el puente de la barqueta en que paso a la Cartuja. Intento alternar un minuto corriendo y otro andando, pero es imposible, estoy totalmente acalambrado, por lo que decido no correr y seguir andando hasta el km 40, ya en el parque del alamillo. Allí, decido empezar otra vez a correr y a un ritmo de tortuga, y sin levantar mucho los pies del suelo consigo llegar hasta el estadio olímpico y entrar en meta corriendo. En total 4 horas, 2 minutos por mi reloj. Tengo las piernas fatal, aunque no me siento cansado, será por los 4 km. en que he andado. Creo que si no hubiera tenido los problemas en los gemelos, habría llegado a meta en 3.40 h. sin dificultad. Juan ha llegado 15 minutos antes, y me cuenta que ha tenido problemas estomacales y en el 40 con los gemelos. Ducha, comida en Isla Mágica, y para Chiclana.

No se si el año que viene volveré, vengo muy desilusionado, aunque posiblemente la culpa la tenga yo mismo, por no haber acudido al gimnasio durante los meses previos para fortalecer los musculos que me han fallado, porque mis mejores maratones han sido siempre cuando he acudido con regularidad al gimnasio. Espero desquitarme en Bandoleros. Por lo demás, la Maratón de Sevilla está considerada por la RFA como la mejor de España y entre las mejores del mundo,  y doy fe de ello, no porque sea Secretario Judicial, sino por el trato y atención que tenemos los que vamos allí a disfrutar y sufrir. A partir de mañana cuelgo las zapatillas de correr, y me pongo las Trabuco para ponerme a andar.

Angelo