Este último puente he realizado un viaje relámpago a Munich, y anecdóticamente me ha tocado vivir la pesadilla del sabotaje de los enriquecidos controladores de vuelo, creo que no he dicho más tacos en mi vida, y por supuesto por respeto a Nocturnis One no los voy a transcribir en este artículo, como es mi costumbre. Al final el viaje se quedó un poco más corto y algo más caro.
Pero no es sobre este sabotaje a los españoles por una minoría elitista de lo que quiero hablar. Este ha sido mi segundo viaje a Alemania, y ha servido para reafirmar mi simpatía por ese pueblo. Hasta el día de hoy he viajado por toda Europa y tengo que decir que no me he encontrado mas a gusto que en estas tierras. Siempre viví con el prejuicio del alemán,radicalizado sobre todo por la historia del siglo pasado, cosa totalmente comprensible, y no hago más que pensar cómo un pueblo puede llegar a esos extremos.
He realizado una excursión que debe ser obligada para todos al campo de concentración de Dachau, al llegar allí con todo el campo cubierto por una capa de nieve y ver una construcción que puede ser totalmente actual se te ponen los pelos de punta, pensado en los miles de seres humanos que sufrieron la barbarie del exterminio.No voy a hacer un alegato contra el nazismo, ni hablar sobre la barbarie del régimen, pues ya está todo dicho. Pero con los pies en el mismo lugar que pisaron las victimas y los verdugos me veo obligado a reflexionar sobre donde estaría yo si hubiera nacido en ese lugar y en ese contexto. No debemos obviar que no había un referente histórico de tanta maldad para esas personas como hemos tenido nosotros desde que nacimos. La mayoría de nosotros perteneceríamos a la masa humana sin capacidad de decisión, seríamos arroyados por una rueda gigante hacia decisiones sin sentido. ¿Qué hubiera hecho si me colocaran un uniforme precioso de juventudes con un machete en el cinturón, una gorra, sus galones... y paseara un gran estandarte por una avenida con las chicas aclamando mi virilidad? ¿Y si esos fueran los únicos valores que tenía alrededor? ¿O si me dicen una y otra vez que tales o cuáles personas no tienen condición humana? ¿ Hubiera tenido conocimiento para oponerme, o valor para hacerlo? ¿Hubiera decidido estar dentro, o fuera de las alambradas?.
Y desde dentro del campo, ¿cómo me hubiera comportado? ¿El instinto de supervivencia me lanzaría hacia hechos deleznables como traicionar a mis compañeros, robarles el pan..., o por el contrario lucharía por ser un héroe dentro de una camara de gas, o las terribles celdas de castigo que ví? Como tantas cosas en la vida no dependen de nosotros, sino del lugar y del momento donde nos coja. Hoy a los jóvenes alemanes les obligan en el colegio a visitar los campos de concentración para prevenir el horror, pero a algunos jóvenes españoles de nuestros colegios e institutos es posible que ello les haga gracia.
¿Estamos a salvo de que se repita? Yo creo que no, si eso pasó en una época sin TV, Internet etc. ¿Qué podría pasar ahora con los medios de manipulación de masas que nos rodean?
PPNZ nocturnis three
Los maestros que enseñaban el campo a los alumnos era los hijos de los antiguos nazis. Los campos son monumentos al horror y no se van a quitar, eso es memoria histórica.
ResponderEliminarAqui hay quien quiere poner una bomba al Valle de los caidos.
Supongo que todos nos hacemos esas preguntas al llegar a esos sitios, al menos yo me las hago. Al visitar lugares como Dachau, Sachsenhausen, Auchswitz, compartimos una mínima parte del dolor que experimentaron los que vivieron esa barbarie.
ResponderEliminarCuando yo salí de Sachsenhausen( en Septiembre) sentí un gran alivio, al pensar que me había tocado vivir en una sociedad en la que esa atrocidad no se podría volver a repetir.
Pero como bien dices, las medidas que se llegan a tomar tras las "huelgas" que ciertos sectores se permiten... hace que todos mis pilares y mi seguridad se desmonten.
¿ se puede volver a repetir? Ya no estoy tan segura como antes de mi respuesta.