La salida desde San Fernando fue rapidita, pero a un ritmo aún bastante asequible para mi estado de forma. Así, la serpiente multicolor fue serpenteando las calles de "La Isla", donde parece que los organizadores quisieron darnos un tour para darnos a conocer las recientes obras ejecutadas en la ciudad, tranvía incluido. Nada más dejar la Calle Real nos fuimos dirigiendo hacia el comienzo de la autovía Cádiz-San Fernando, donde el "Lorenzo" ya empezó a calentar el asfalto y, de paso, nuestros cogotes. La expresión más utilizada fue la de ¡qué caló!, seguido de un ¡si parece que estamos en agosto! Pues sí, en efecto, que calor más grande pasamos y qué fatiguita, por Dios. El ritmo que fuera tan fluido en los primeros compases de la carrera a partir del Km 15 se convirtió en lamento. Mi fascitis solo aguantó hasta aquí y el dolor en el talón empezó a hacer acto de presencia. Tuve que modificar ligeramente la técnica de carrera para no castigar aún más la zona lesionada, lo que agravó el dolor en mis desentrenadas piernas. Comencé con un pequeño dolor en el músculo aductor de la pierna derecha, seguido de unas extrañas sensaciones en los isquiotibiales. En el km 17 el pequeño dolor en el aductor ya era importante, e incluso afectaba a la otra pierna, y en los isquiotibiales comencé a tener pequeños calambres. Para colmo, el hecho de correr impulsando el pie hacia adelante, para no apoyar en exceso el talón, hizo que se resintieran los dedos de los pies. Todo este cúmulo de circunstancias, unido a una gran falta de entreno, hizo que tuviera que disminuir drásticamente el ritmo si quería terminar la prueba. De este modo, los últimos kilómetros fueron un verdadero infierno; deseé con todas mis fuerzas pararme, pero mi orgullo de nocturnis me decía que siguiera adelante. Desde el km 18 hasta el final me fui literalmente desinflando, (ahora entiendo cuando se dice que un corredor "ha pinchado") y el recorrido desde que se entró en Cádiz hasta la meta se convirtió en un auténtico Vía Crucis. Para colmo, al dar la vuelta en la Avda. de Las Cortes para enfilar la Avda. de la Bahía, mi amigo Juan Cubiles, que estaba con la organización, me dice que la carrera tiene casi kilómetro y medio de más…; en este momento "se me cayeron los palos del sombrajo". Faltando ya solo 1 km para meta me recoge la mujer de Miguel (fotógrafa del Club Periver), quien me acompañó en mi agonía hasta casi llegar al estadio, dándome ánimo y palabras de aliento, lo que desde aquí agradezco pues me sirvió de mucho. Al pasar por la alfombra de meta una chavala que venía detrás me dice: ¡gracias, he venido siguiéndo tu ritmo y gracias a ello he terminado!, lo que significa que por muy mal que vaya uno siempre hay corredores que van contigo. Terminé totalmente roto y dolorido, peor que otras muchas pruebas realizadas, e incluso más duras, pero contento por haber sido capaz de aguantar hasta el final. Ahora toca recuperarse, ver la evolución de mi lesión, la cual a pesar de todo parece que va remitiendo, y entrenar para que mis piernas vuelvan a ser lo que fueron. Bonita camiseta técnica para conmemorar la XXV edición.
NOCTURNIS ONE. pulisa
Con vosotros estoy nocturnis, para el año que viene ya sabemos que son 22 kms porque es el mismo recorrido y de San Fernando-Cadiz. Yo teminé muy cargado de ambos isquios y es raro porque me peqgué un masaje de aupa 4 dias antes, creo que el recorrido era engañoso y pequé de confianza.
ResponderEliminarSaludos
Pulisa, buena crónica. Le ha faltado de fondo una música de banda de cornetas y tambores típica de Semana Santa, hubiera quedado de maravilla. Has descrito el sufrimiento vivido, por muy buena cara que has puesto en la foto. Pero ahí hay que estar.... le has puesto un par de huev....orgullo de nocturnis, como tu has dicho.
ResponderEliminarROMORGO dice: Sinceramente, la media fue dura no solo por existir más metros de lo marcado incialmente, creo que más de kilometro trescientos, sino también, por el calor que hacia en algunas zonas, por ejemplo en la Autovía de San Fernando-Cádiz, pero creo que todos los nocturnis soportamos como pudimos estas adversidades. Pulisa debes de mantener la cabeza fria y ser consciente de las limitaciones que el cuerpo nos pone ante una lesión y no forzar; lo idoneo es terminar sin sufrir, o al menos sufrir lo menos posible, pero creo que eso para nosotros es dificil de aceptar. En todo caso gran media de todos los nocturnis.
ResponderEliminar