Chiclana-Medina o cómo pasar un dominguito por la tarde

Sin duda el entrenamiento más duro realizado por los nocturnis; tanto que en un par de ocasiones hasta tuvimos que parar de correr y subir las cuestas andando porque el levante nos frenaba en seco. Ha sido duro porque se han dado hasta cinco circunstancias adversas: la hora, el calor, la digestión, el levante y las cuestas; e incluso se podría añadir la escasez de agua, aunque en este caso más bien habría que achacarlo a falta de previsión por nuestra parte. La hora, porque comenzamos a correr alrededor de las cuatro y media de la tarde. El calor a esa hora..., ya os podéis imaginar. La digestión, porque comimos apenas una hora y media antes y prácticamente la hicimos corriendo, ¡que fatiguita! El levante fue casi la peor de las penalidades porque si bien a veces nos refrescaba, es cierto que nos ha dado de frente y de costado todo el camino. De frente nos frenaba en seco, como ya he dicho; y de costado nos impedía marchar con comodidad. Y las cuestas..., un auténtico calvario, un rompepiernas brutal; con subidas y bajadas constantes arrastarando encima todos las dificultades anteriores.

Perfil del entreno

Detalle del recorrido

Fuimos todo el tiempo por carriles, cogiendo por la zona del Berrueco y luego por el corredor verde de las Dos Bahías. En la Venta Candela paramos unos minutos para reponer agua y acto seguido iniciamos el ascenso a Medina por la carretera. Las cuestas se hicieron interminables y tuvimos que acometerlas entre andando y corriendo, dependiendo de si la pendiente lo permitía. Los últimos repechos lo hicimos al trote y fuimos callejeando hasta llegar a la plaza del ayuntamiento, con un total de 22,5 km recorridos. Allí nos esperaban algunas nocturnias consortes que nos agasajaron con abundante agua, cafelito y deliciosos dulces para reponer fuerzas; sin duda lo mejor del entreno. Lo demás...¡para olvidar! ¡Durísimo!

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