Muy dura esta II edición de la "Trail Turdetana", una prueba de aprox. 55 km que discurre por tierras sevillanas y que fuimos capaces de completar 7 nocturnis y dos amigos que hicimos por el camino. El primero perteneciente al Club Camaleón, que nos acompaño hasta Castilblanco de los Arroyos, incluso portando el banderín, y el otro del Puerto de Sta. María, que nos acompaño en los kilómetros finales. Menos mal que hace un par de semanas algunos de nosotros entrenamos con cuestas y calor, porque básicamente eso fue lo que allí nos encontramos. A simple vista en la web el perfil parecía llano, pero contenía sorpresas.
Nada más dejar atrás el pueblo nos metieron por un camino superestrecho y con pasto seco a ambos lados que fue un auténtico calvario; luego cruzamos la carretera y entramos en una pista ancha donde nos esperaba la organización ¡con dos búcaros de agua!, muy típico; y luego de ahí nos adentramos en un camino imposible, con multitud de grietas, arena, piedras... Pero la "puntilla" aún faltaba por llegar, ya que a renglón seguido nos meten por un olivar muy muy seco, donde dicen que se llegó a registrar hasta 40ºC. Alternando el trote con caminar fuimos dejando atrás kilómetros hasta que a lo lejos comenzó a divisarse Guillena. Solo faltaba cruzar un arroyo por agua a la altura del tobillo, que lejos de lo que pueda parecer nos vino de maravilla pues produjo un efecto refrescante increíble, y ya nada más faltaba entrar en el campo de fútbol, donde se encontraba la ansiosa y deseada meta.
Allí montaron una rampa para subir a un escenario donde a todos los "finisher" le echaban una foto y le regalaban una estatuilla de un guerrero turdetano, por cierto muy bonita. Excelente la bolsa de regalos, incluida una preciosa camiseta, y excelente la comida, con arroz y cerveza en abundancia. A los pocos minutos del grupo de cabeza, formado por ppnz, perico, calvete y pulisa, entrarían angelo y canino; y un rato más tarde entró romorgo que hizo un gesta increible, pues no olvidemos que fue solo durante gran parte del recorrido. Fuimos un grupo que será difícil de olvidar, porque estuvimos todo el tiempo portando un banderín con nuestra seña de identidad: "el lobo estepario"; por lo que todo el que nos veía hacía algún comentario o nos echaba una foto. También porque dimos sensación de buen equipo y fuimos solidarios con otros corredores. Al final todos muy contentos, aunque doloridos y fatigados..., pero este es el precio del ultrafondo.
Pulisa
Pulisa, en esta crónica has descrito perfectamente la experiencia vivida. Tan solo añadir en clave de critica positiva que la Organización debería haber previsto un poco de más presencia en el último tramo de la prueba por dos motivos fundamentales: 1) Son los Km. finales y el personal va mas "cascado". 2) El fuerte calor podía provocar problemas a los participantes.
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