viernes, 25 de febrero de 2011

Factores de crecimiento

Una de las más recientes terapias para tratar las lesiones deportivas se basan en la utilización de lo que se denomina factores de crecimiento. Se trata de unas proteínas que permiten la diferenciación entre células dañadas y células en perfecto estado, las cuales actúan como "células madre", interviniendo en la recuperación rápida de los tejidos lesionados. Se llaman así porque son células que intervienen directamente en el crecimiento del tejido óseo, pero se descubrió que podían tener también un uso terapéutico. Esta terapia proviene del campo de la odontología, ya que el objetivo inicial era conseguir regenerar hueso para hacer viable la colocación de implantes dentales en las operaciones de reconstrucción de la boca, pero con el tiempo la técnica se extendió al campo de la traumatología con un resultado espectacular.


Los avances en el tratamiento de las lesiones deportivas van paralelos a los que se producen en el ámbito de la ciencia en general y de la traumatología en particular. Las terapias que emplean factores de crecimiento se basan en infiltraciones de plasma rico en plaquetas, las cuales facilitan la recuperación de las partes blandas del hueso y sus estructuras anexas, como cartílagos, tendones y ligamentos. También se ha demostrado su utilidad en el tratamiento de lesiones de larga duración, como la fascitis plantar o la periostitis, que como sabemos son estructuras también cercanas al hueso.

La técnica consiste en la utilización de sangre del propio paciente, la cual se procesa con una maquinaria especial para obtener un plasma rico en plaquetas que posteriormente se infiltra en la zona que se va a tratar. A partir de ahí la zona dañada empieza a cicatrizar y al cabo de siete días existe un número de células reparadoras cuatro veces superior que si se hubiera seguido un procedimiento normal. La recuperación se multiplica aproximadamente por tres, de modo que una lesión que antes tardaba tres meses en curarse, con esta terapia lo haría en un solo mes.

No obstante, según los expertos es conveniente diferenciar entre las lesiones accidentales, que se producen durante la práctica deportiva, y otras específicas, que se producen por su práctica continuada, generalmente asociadas a traumatismos de repetición y relacionadas con factores intrínsecos al sujeto, como arquitectura del pie, técnica de carrera, cambio repentino en la frecuencia o intensidad del entrenamiento, sobrepeso, etc. Esta novedosa técnica se emplea ya en deportistas de élite o futbolistas profesionales, aunque dado su alto coste (ronda los 300€ la sesión) aún está muy lejos de ser usada sistemáticamente entre aficionados o en el deporte amateur.

NOCTURNIS ONE. pulisa

domingo, 20 de febrero de 2011

Signos de recuperación

A día de hoy y después de varias semanas de inactividad por una fascitis plantar, puedo decir ("toco madera") que por fin comienzo a tener signos objetivos de mejora. Para empezar no me duele el pie al levantarme, primer signo típico de este tipo de lesiones. Tras correr cerca de una hora el pasado jueves, no siento ese dolor característico, como una punzada, debajo del talón, sino tan solo un leve cosquilleo. Durante el día, y después de llevar unas horas de pie, también comenzaba ese dolor, pero ya lleva varios días sin hacer acto de presencia. Por último, ya no necesito tomar antiinflamatorios, ni me estoy poniendo cremas ni potingues, y a pesar de ello la molestia está remitiendo a pasos agigantados. A esta recuperación han contribuido tres causas fundamentales: plantillas ortopédicas de descarga del arco plantar, reposo activo (paseos y bicicleta, principalmente) y fisioterapia, por supuesto todo ello ayudado de ibupropfeno y pomadas.

Sin embargo el otro día charlando con el fisio me acordé de unas indicaciones que se dan en un libro sobre educación física al respecto de cómo actúan los corredores ante una lesión inesperada, y el modo de afrontarla indebidamente, agudizando el problema aún más. Y es que, a pesar de conocer la teoría, es curisoso como en mi caso he pasado por todas y cada una de las fases descritas, las cuales paso a reproducir para ponerlas en conocimiento de todos vosostros. Cuando aparece una lesión, los corredores responden de cuatro formas diferentes, por este orden:
  1. Ignorar la lesión y correr con ella, empeorándola.
  2. Dejar de correr durante unos pocos días y rezar para que desaparezca por sí sola.
  3. Intentar un autotratamiento o las recomendaciones de un amigo.
  4. Buscar asistencia médica.
Como he dicho anteriormente, puedo corroborar que he seguido, casi de manera inconsciente, las 4 fases, y no ha sido hasta la última cuando la cosa ha empezado a funcionar, concretamente con la visita al podólogo. Por tanto mi consejo es que ante la menor molestia o signo de que algo va mal, lo más sensato es acudir a un especialista: traumatólogo, podólogo, fisioterapeuta..., en lugar de hacer el primo y empeorar la situación. 

NOCTURNIS ONE. pulisa

martes, 15 de febrero de 2011

XXVII Maratón Ciudad de Sevilla


El pasado domingo, a las horas que canta el gallo y en el lugar acordado, partimos para nuestro destino, Ángel, Juan y un servidor. Durante todo el trayecto tuvimos una amena conversación sobre las diferentes experiencias vividas en ediciones anteriores de esta maratón, y a mitad de camino hicimos la parada de rigor para reponer fuerzas, coincidiendo allí con dos miembros del Club Periver (Antonio y Miguel). Una vez llegado al magnifico estadio olímpico nos dirigimos a los vestuarios y más tarde a la entrega de las bolsas, después de habernos cambiado. Ya en la pista del estadio, poco a poco, al acercarse la hora del pistoletazo de salida, fueron apareciendo los típicos nervios, inseguridades, temores, y todas esas sensaciones que por muchas participaciones acumuladas nunca se van, siempre están ahí. El buen ambiente, unos 4.500 participantes, presagiaba lo que luego nos encontraríamos en la calle, es decir una fiesta corriendo por las calles de Sevilla. Cierto es que hizo algo de fresco al inicio, pero la temperatura se convirtió en ideal para correr conforme el día fue avanzando, lo cual ayudó bastante, ya que el día anterior hizo calor.

Preparados, listos y…, a las 9,30 se daba la salida: cinco horas por delante para intentar finalizar la prueba reina y cada participante con su estrategia, objetivos e incertidumbre. El objetivo del que suscribe era concluir sobre las 3 h. 30 min., así que me dispuse a tener siempre visible al portador del globo que indicaba dicho tiempo. Todo me fue relativamente bien hasta el km. 28; a partir de ahí me costaba un poquitín seguir el ritmo, así  que me dispuse a bajarlo; no quise forzar porque quedaban muchos kilómetros por delante y podía pagarlo caro. Conforme fueron pasando, el esfuerzo iba pasando factura, las articulaciones y músculos de las piernas se iban resintiendo y como suele ocurrir, empezaba a comerme el coco. Luego llegaron los hitos 37…, 38…, 39…, 40…; muy duros, y es cuando eché mano del espíritu de sacrificio y capacidad de sufrimiento. Los ánimos del público en los últimos 2 km. me dieron alas y vi luz donde todo se iba oscureciendo; poco a poco divisé el estadio olímpico, oía el murmullo de los altavoces, el griterío de las gradas, como siempre me emocionaba al leer los mensajes de carteles que portan familiares de los participantes, antes de entrar al estadio. Al bajar el túnel, la alegría me embargaba, y pasado éste se señaliza el km. 42, solo me quedaban los últimos 195 metros en los que me dedique a recrearme en todo el ambiente que me rodeaba. Fue entonces cuando se borraron todos los sufrimientos que minutos antes había soportado, y en la recta final alzo los brazos, paso el arco de meta con un tiempo real de 3 h. 35 min. 05 seg., y doy gracias por haber terminado, dedicándola a todos los seres queridos.

Para concluir he de decir que esta prueba es parte de la preparación de los 101 km. de Ronda, por lo que ahora toca recuperarse bien y seguir entrenando duro. Todo tiene pinta de ir por buen camino, pues ¡subo, y sobre todo, bajo, las escaleras sin necesidad de agarrarme a la baranda! (hay que guardar las formas, pues como te vea la parienta lleno de agujetas y molestias, encima te la lía).

Fotos por cortesía del Club Deportivo Periver
Pedro Nocturnis

miércoles, 9 de febrero de 2011

Saboreando el éxito

Ayer corrí una nueva ultramaratón, aunque la disfruté como si fuera la primera. En la línea de salida de nuevo se unieron, en mezcla imposible, esas extrañas sensaciones de arrojo y temor, ilusión y desazón,  fortaleza y debilidad, incertidumbre y decisión… Un sudor frío me acariciaba las mejillas, cuando de pronto se dio la salida y las pulsaciones empezaron a subir de manera incontrolada. Los primeros metros, tal vez kilómetros, los disfruté como nunca antes lo había experimentado; sentí euforia y me sentí fuerte y con ganas de saborear el éxito. Con una energía inusitada comencé a adelantar a corredores, dejando atrás a numerosos amigos y conocidos, no sin sentir cierta congoja por ello, aunque pudieron más mis ganas de hacer algo grande. A mitad de carrera divisé un cartel a lo lejos y sus guarismos quedaron como grabados a fuego en mis incrédulas retinas; había superado los cincuenta kilómetros y la prueba comenzaba su devenir descendente hacia la línea de meta. Mis piernas, como impulsadas por un viejo motor de vapor, como aquellas locomotoras del lejano oeste, martilleaban una y otra vez el suelo bajo mis pies, aplastando a todo cuanto encontraba a su paso y levantando una densa polvareda. El viento a favor, el terreno ligeramente descendente y la temperatura perfecta se aliaron a mi favor y saltándome los últimos avituallamientos, pues no los necesitaba, crucé la ansiada pancarta y el reloj por fin se detuvo. Como en cámara lenta, observé al público vociferando palabras ininteligibles y aplaudiendo acaloradamente, mientras decenas de personas se acercaban para unirse a la fiesta. En ese momento aquellas mejillas mojadas por el sudor frío de la inseguridad se tornaron en lágrimas de alegría por el deber cumplido… 
…al divisar mi casa desperté del sueño y observé como dejaba atrás mis 2,7 Km. y un no menos desdeñable tiempo de 15 minutillos. Prueba superada.

Nota aclaratoria: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

NOCTURNIS ONE. pulisa

martes, 8 de febrero de 2011

Busco exorcista


¿Qué está pasando? ¿Qué le ocurre a los nocturnis? Una maldición ha caído sobre nosotros; estamos cayendo uno tras otro en lesiones de larga duración... En principio pensé que la maldición venia de pulisa, que al no poder asistir a Ronda por motivos personales/religiosos habría realizado algún maleficio para que uno tras otro fueramos sufriendo en nuestras carnes los abusos del entrenamiento. También pensé que al no ser controlados por el mismo pulisa nos estábamos desmadrando. Pero no es así, pues nuestro entrenador ha demostrado siempre que aunque él no puede acompañarnos en mayo con la legión, su disfrute sería el que todos los nocturnis termináramos con éxito la carrera. Descartamos pues esta posible causa para nuestra maldición.

Dirigiremos las pesquisas hacia otro lado. ¿Serán las parientas agotadas de tanto abandono por los entrenamientos? Quiero creer que no, pues en el fondo ellas saben la felicidad y el bienestar que nuestra afición nos produce, y solo protestan para que no nos desmadremos. Solo nos queda sospechar la envidia de nuestros contrincantes deportivos, aquellos que sufren con nuestros éxitos, los que no pueden soportar nuestro nivel y nuestras marcas como club... Seguro que han contratado a alguna bruja para que realice artes maléficas y así dejarnos fuera de lugar. Pero pensándolo bien, no somos tan buenos como para provocar envidia, y el espíritu deportivo descarta estas acciones.

Pues dejemos de buscar explicaciones, cuando está tan claro qué es lo que sucede: pues que tanto va el cántaro a la fuente.... Sí señor; que nos estamos rompiendo, que tenemos que cuidarnos más, que la edad no perdona, que tenemos que tomar medidas antes de que ocurran las cosas... Por ejemplo; antes de lesionarnos la planta del pie, tenemos que ir al podólogo para que nos haga un estudio de la pisada y nos recomiende plantillas, que con lo que corremos nunca están de más; que dejemos tiempo de descanso entre carrera y carrera, y sobre todo al menor síntoma de lesión tomar las medidas antes de que se convierta en crónica. Calvete, ¿cuánto tiempo llevas quejándote de ese dolor que se quita cuando calientas, y no has pensado en ver tu pisada?, ¿y ese dolorcito en la planta del pie cuando nos levantamos que luego se quita?, ¿y ese pinchacito en el gemelo que no se quita nunca?. Señores, que estar sano también cuesta dinero, y no solo hay que invertir en zapatillas, sobre todo con cierta edad y un montón de km encima.

NOCTURNIS TRHEE. ppnz

jueves, 3 de febrero de 2011

Menudo potaje

Como sabéis en este blog solo tienen cabida temas deportivos, pero cierto es que a veces se combinan con otros asuntos que guardan cierta relación entre ellos, aunque sea "con calzador".

A decir verdad tengo que decir que mi dieta es muy normalita, procuro que ésta sea equilibrada, además pienso que a estas alturas no estoy para privarme de algunos de los placeres que te da la vida, como el comer.

Después de haberme hecho unos kilometrillos por la mañana (unos 20) y no haber desayunado muy fuerte, al llegar al medio día, en el almuerzo, sentía como el estomago me pellizcaba y me pedía fiambre. Una vez puesta la mesa pude divisar que había un potaje de garbanzos y menudo con todos sus avíos, cocina tradicional chiclanera donde las haya. No se si os lo podéis imaginar (o sí), pero me pegué un pedazo de “homenaje” que pa mi se queda..., cayó hasta la pringá.

Bueno, ahí no queda la cosa, el asunto es que en mis salidas posteriores sentía que iba mejor corriendo: mas ligero y suelto, con mejores sensaciones, con más energía... Y fue en ese instante en el que me vino a la mente lo que le había pasado al ciclista Alberto Contador; y el coco empezó a darme vueltas: ¿tendría la carne clembuterol? ¿en que dosis? ¿daré positivo? ¿me habré dopado? ¿me quitaran mis últimas marcas, diplomas y camisetas conseguidas?... Fueron muchas las dudas que me asaltaban... a Alberto por un filete, y a mí por un potaje de menudo. ¡Menudo potaje se habría montado!

Pedro Nocturnis