viernes, 30 de julio de 2010

¿Qué corrida estamos corriendo?

Nos dice nuestro administrador del blog que tenemos que escribir siempre sobre atletismo, carreras o deporte en general y que siempre hay que meter el tema aunque sea de pasada. Pues ahí vamos; de correr carrera, y de carrera corrida, y ya tenemos el deporte introducido. Obviamente pretendo hablar de los últimos acontecimientos relativos a las corridas de toros que nuestros vecinos de arriba han tenido a bien el prohibir. Personalmente no soy un aficionado y lo que les pase a los toros y quien se ponga delante me la trae al pairo. Pero lo que me indigna es la afición de la llamada clase política, o politiquillos de postín de prohibir. Dicen que vivimos en una democracia y que disfrutamos del mayor índice de libertad que hemos tenido nunca; pero lo cierto es que no hace falta que nadie nos diga lo libre que somos sino si nos sentimos con libertad. Cuando alguien me recuerda que soy muy libre es que chunga está la cosa. Yo me siento cada vez más en una dictadura.
Si repasamos algo de historia observaremos que algunos regímenes dictatoriales no se impusieron de golpe, incluidos algunos actuales, sino todo lo contrario, utilizando los mecanismos democráticos fueron transformándose poco a poco y tomando fuerza. Comienzan incluso hablando de libertades pero luego van camuflando con bonitas palabras una prohibición detrás de otra, siempre por supuesto por nuestro bien y para protegernos. Solo tienen que meter en sus discursos las palabras mágicas: “libertad”, "paz”, “derechos”, y la más de moda “sostenible”, aunque sea con calzador y sin sentido. Al final las dictaduras van afianzándose por dos caminos diferentes:
  1. Por una parte y sutilmente tenemos la dictadura de los técnicos funcionarios a dedo de tal o cual departamento, que cuando son nombrados para justificar el cargo se estrujan el cerebro para ver que prohíben, por nuestro bien por supuesto –gracias Dios mío- tomando como principio una pseudocultura o historia inventada o manipulada a gusto del político que lo nombró y sobre todo el medio ambiente donde cabe cualquier idea. Te dirán que van a regular esto o aquello pero en realidad prohíben algo que antes hacíamos con libertad. Ejemplos: “A partir de hoy podemos acampar en la sierra del pino gordo”; la lectura correcta sería que a partir de hoy hay que pedir permiso para acampar en tal sitio porque ya está prohibido. "A partir de mayo podemos mariscar la coñeta amarilla”; es decir: antes todos mariscábamos tal coñeta pero ahora está prohibido y solo se darán permisos muy restringidos. Así miles de ejemplos con la pesca, con la caza, con senderismo con deporte etc.
  2. En segundo lugar y lo más peligroso, cada día sufrimos más con la dictadura de las minorías. Y no hablo solo de las minorías parlamentarias, de aquellos que con tres votos logran imponer sus programitas a los mayormente votados para mantenerlos en sus puestos. También está la política menor, la de los politiquillos de "peo y cuarto" que por su temor a salir en la prensa tachados de algo, ceden ante cualquier cantamañanas que presentándose como colectivo, asociación, mesa por, (es decir, cuatro gatos) pretenden imponer la última idea que se les ocurre; caso de nudistas, defensores de algún bichito, de la choza de la abuela..., cualquiera cosa para dar por saco al resto.
Es el caso de los antitaurinos que aprovechando la collá, o finamente coyuntura, han logrado prohibir algo que una minoría pensaba. Hay muchos a los que les gustan los toros, otros a los que no les desagradan del todo y disfrutan con el espectáculo y otros tantos a los que sencillamente les da lo mismo, pero solo unos pocos militantes de la bandera de la prohibición. Pero siempre hay algún dirigente que enarbola cualquier bandera que le pongan en la mano si con ello obtiene rédito político. Pues sí queridos nocturnis, cada vez estoy más asqueado con tanta prohibición y cada vez me siento menos libre y más oprimido por una dictadura. Por eso digo basta ya, ¡prohibido prohibir!, que como esto siga así voy a tener que salir corriendo de España y no voy a parar hasta llegar a una tribu del Amazonas.

NOCTURNIS TRHEE. ppnz

3 comentarios:

  1. No deberian haberlas prohibido tienes razon, directamente deberian denunciar a todo aquel que participa en el maltrato al bichito. Quien se divierte con el sufrimiento de un ser vivo solo tiene un nombre compañero.

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  2. Torrquemada12:52

    Gran artículo, totalmente de acuerdo. Saludos, tu amigo Angel!!

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  3. Por encima de la presunta sinrazón de la llamada "fiesta nacional" subyacen raíces históricas y culturales que deberíamos plantearnos antes de tomar medidas a la ligera. España es a los toros como Kenia a los safaris -por poner un ejemplo del mundo animal-. Sin duda el tema da para un debate; buen artículo, compañero.

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