viernes, 20 de enero de 2012

Cómo preparar una ultra

Las ultras, sea cual sea el nivel físico que tengamos, son un símbolo de resistencia, tanto física como mental. Toda persona que goce de una buena salud y que se entrene, en teoría, puede estar capacitado para finalizarlos. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que muchos lo intentan y no todos lo logran, a pesar de tener recursos físicos suficientes.

Un punto importante a tener en cuenta es la planificación:
  • Información previa: perfil, dificultades geográficas, avituallamientos, puntos de corte, material, etc.
  • Marcar unos objetivos: han de suponer un reto alcanzable y realista y ser lo suficientemente flexibles como para permitir su revisión e introducir cambios si fuera necesario.
  • Reflexión: evaluar ventajas e inconvenientes con respecto a las decisiones tomadas.
Otro factor importante es la concentración. La concentración o atención selectiva implica ser capaz de prestar atención a lo que está ocurriendo, saber hasta cuánto tiempo se puede mantener el esfuerzo y hasta qué punto. Cuanto mayor es nuestra capacidad de prestar atención a nuestros objetivos, mejores son también la capacidad de reacción y el rendimiento final.
Otro problema que nos puede sobrevenir y que afecta al rendimiento es el exceso de ansiedad. La ansiedad es la más universal de las emociones y tiene multitud de sinónimos: nerviosismo, inquietud, agobio, etc. La experiencia vital que la acompaña es descrita, por las personas que la padecen de forma intensa, como angustiosa. Como manifestaciones de ansiedad nos encontramos con respuestas:
  • Mentales: preocupación, inseguridad, miedo, pensamientos negativos de incapacidad o inferioridad...
  • Motoras: hiperactividad, hipoactividad, pérdida de coordinación...
  • Respuestas fisiológicas: pulso rápido, sofoco, respiración entrecortada, náuseas, molestias intestinales...
Para terminar, decir que es de gran importancia buscar un equilibrio personal y familiar durante los meses que dura nuestra preparación. Con frecuencia se observa una insana obsesión por los entrenamientos y por las carreras (que incluso llegan a desplazar a la familia y a veces el trabajo). Nuestra salud física y mental no debe ni puede deteriorarse por nuestros excesos. Se supone que tenemos que disfrutar de los entrenamientos y de las carreras, aun conllevando una buena dosis de sacrificio y sufrimiento en alguna ocasión.
Adaptado de http://www.ultrawalking.es

Pulisa

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