Nunca había oído hablar de este tema y me parece muy interesante para todos los que hacemos deporte con frecuencia, sobre todo los que tenemos una edad madurita, donde ya acechan las lesiones.
Propiocepción: bases fisiológicas
PROPIOCEPCIÓN: hace referencia a la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y posición de las articulaciones. Es importante en los movimientos comunes que realizamos diariamente y, especialmente, en los movimientos deportivos que requieren una coordinación especial.
SISTEMA PROPIOCEPTIVO: compuesto por una serie de receptores nerviosos que están en los músculos, articulaciones y ligamentos. Se encargan de detectar:
- Grado de tensión muscular
- Grado de estiramiento muscular
Luego mandan esta información a la médula y al cerebro para que la procese. Después, el cerebro procesa esta información y la manda a los músculos para que realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión y estiramiento muscular y así conseguir el movimiento deseado. Podemos decir que los propioceptores forman parte de un mecanismo de control de la ejecución del movimiento. Se trata de un proceso subconsciente y muy rápido, pues lo realizamos de forma refleja.
Ejercicios de Propiocepción: di no a las lesiones
Si te has lesionado alguna de estás articulaciones: tobillo, rodillas..., o has tenido tendinitis, sobrecargas musculares, lesiones constantes y de repetición, etc, y éstas te dejan sin poder entrenar te encontrarás desanimado. Pero puedes decir ¡nunca más! Entrena tus articulaciones para que se fortalezcan desde lo más profundo, desde la base del equilibrio, desde la propiocepción.
Para ello debemos introducir en nuestro entrenamiento ejercicios para coordinar nuestra musculatura de una forma sencilla y sin riesgo para las articulaciones. Incluirlos dentro de nuestra rutina de ejercicios puede suponer un antes y un después dentro de nuestra vida deportiva. He aquí algunos ejemplos:
Para ello debemos introducir en nuestro entrenamiento ejercicios para coordinar nuestra musculatura de una forma sencilla y sin riesgo para las articulaciones. Incluirlos dentro de nuestra rutina de ejercicios puede suponer un antes y un después dentro de nuestra vida deportiva. He aquí algunos ejemplos:
- Correr en arena de playa o terreno irregular.
- Realizar ejercicios de equilibrio sobre una pierna, pequeños saltos a la pata coja, movimientos controlados y de pequeña amplitud.
- Carrera zig-zag, en pequeños círculos, marcha en puntillas y talones.
- Ejercicios con balones así como pisar pequeñas pelotas de tenis para fortalecer los tobillos.
- Ejercicios en agua hasta la cintura o hasta la rodilla.
- Plataformas vibracionales.
- Fuente: www.efisioterapia.net
NOCTURNIS THREE. ppnz
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