martes, 20 de octubre de 2009

Régimen disociado escandinavo



Muchos compañeros de carrera, en su afán de mejorar su respuesta al esfuerzo en competición, a veces me han preguntado por este régimen clásico, pero en esta entrada vamos por un lado a describirlo y por otra a desmitificarlo, pues "no es oro todo lo que reluce." Los escandinavos propusieron un modelo que cubría siete días antes de la prueba y al que se le dio el nombre de Régimen Disociado Escandinavo. En el mismo existe una estrecha conexión entre el entrenamiento y la alimentación. Su meta es sobrepasar los límites fisiológicos de almacenamiento de glucógeno. Se basa en el principio de supercompensación. Los tres primeros días, se realiza un régimen compuesto por prótidos y lípidos; y sólo arededor del 10% de glúcidos o carbohidratos, con un importante volumen de entrenamiento para vaciar las reservas. Los tres días siguientes, se opta por una alimentación hiperglucídica (del 70 al 80% de la ración) reduciendo al mismo tiempo la intensidad del entrenamiento.

Este régimen permite una resíntesis aumentada del glucógeno muscular y hepático, que puede llegar a ser hasta el doble de la tasa inicial. Sin embargo, también presenta algunos inconvenientes. Por ejemplo, la primera fase es agotadora para el atleta (fatiga, calambres, lesiones musculares tendinosas, hipoglucemias, etc.) y la segunda fase favorece un aumento de peso debido a la retención de líquidos y a los problemas digestivos. Hoy en día, se suprime la primera fase de dieta y sus inconvenientes, siguiendo una alimentación clásica, pero se conserva la fase hiperglucídica (10 gr/kg de peso al día) tres días antes de la prueba, reduciendo la intensidad y el tiempo de los entrenamientos.

NOCTURNIS ONE. pulisa

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