Somos nosotros los deportistas los que sabemos del esfuerzo y de la voluntad para conseguir el éxito. Éxito que se materializa no en lograr el triunfo total en competición, sino en conseguir los objetivos que previamente nos hemos propuesto. No se trata más que de marcarse pequeñas metas consecutivas que normalmente consisten en la mejora personal, tanto física como mental. Sabemos que sólo con la constancia y el entrenamiento nos podemos sentir ganadores; que no existe atajo sin trabajo, ni trampas ni pelotazos... Competimos contra nosotros mismos, que no tenemos que sentirnos mejor que los demás, sino mejor que ayer, que no es poco. Únicamente nosotros somos testigos de la satisfacción personal, después de una dura jornada de entrenamiento.
Los deportistas somos un ejemplo que debe seguir esta sociedad, la cual se encuentra "boca abajo", al perderse la cultura del esfuerzo. Hablamos y requetehablamos de crisis, de crisis económica, del dinerito..., y es que es lo único que nos interesa. Pero la verdadera crisis está en los valores, pues es la que realmente ha originado todo, y hasta que no nos ha tocado el bolsillo no hemos querido darnos cuenta.
Nos han presentado una sociedad "guay", donde todo vale, todo es rebujina, derechos infinitos para todos. Donde el estado tiene que solucionarlo todo, y donde los políticos prometen el oro y el moro para captar los votos. ¿Para cuando un político serio va a prometer y asegurar que solo el esfuerzo se transforma en beneficio, que no sea más beneficiado el que menos ponga? ¿Acaso queremos correr siempre cuesta abajo? ¿Es divertido correr siempre a favor de la pendiente?
Es cuesta arriba, en las dificultades, donde realmente demostramos nuestra preparación. Además el exceso de bajadas nos produce que terminemos con las rodillas cargadas, o con una caída... Y lo mismo ocurre en la sociedad; más facilidades y derechos, aunque no podamos pagarlos. ¿Le damos a nuestros hijos todos los caprichos? Aquellos que se los dan terminan arruinando la educación de los niños, pero solo se darán cuenta cuando les afecte el bolsillo y el banco les reclame lo que deben por dichos excesos.
Hay que darle la vuelta a todo, revisar las ideologías, el modo de vida, los verdaderos derechos del ser humano, la izquierda, la derecha, el enfrentamiento continuo por un voto, la política, los sindicatos. Es la hora del filósofo, del pensador, la hora de las ideas. Pero atento al peligro, también es la hora del oportunista, del líder demagogo, y del extremista. Compañero es la hora del solitario corredor de fondo que durante horas y kms piensa y piensa...
Los deportistas somos un ejemplo que debe seguir esta sociedad, la cual se encuentra "boca abajo", al perderse la cultura del esfuerzo. Hablamos y requetehablamos de crisis, de crisis económica, del dinerito..., y es que es lo único que nos interesa. Pero la verdadera crisis está en los valores, pues es la que realmente ha originado todo, y hasta que no nos ha tocado el bolsillo no hemos querido darnos cuenta.
Nos han presentado una sociedad "guay", donde todo vale, todo es rebujina, derechos infinitos para todos. Donde el estado tiene que solucionarlo todo, y donde los políticos prometen el oro y el moro para captar los votos. ¿Para cuando un político serio va a prometer y asegurar que solo el esfuerzo se transforma en beneficio, que no sea más beneficiado el que menos ponga? ¿Acaso queremos correr siempre cuesta abajo? ¿Es divertido correr siempre a favor de la pendiente?
Es cuesta arriba, en las dificultades, donde realmente demostramos nuestra preparación. Además el exceso de bajadas nos produce que terminemos con las rodillas cargadas, o con una caída... Y lo mismo ocurre en la sociedad; más facilidades y derechos, aunque no podamos pagarlos. ¿Le damos a nuestros hijos todos los caprichos? Aquellos que se los dan terminan arruinando la educación de los niños, pero solo se darán cuenta cuando les afecte el bolsillo y el banco les reclame lo que deben por dichos excesos.
Hay que darle la vuelta a todo, revisar las ideologías, el modo de vida, los verdaderos derechos del ser humano, la izquierda, la derecha, el enfrentamiento continuo por un voto, la política, los sindicatos. Es la hora del filósofo, del pensador, la hora de las ideas. Pero atento al peligro, también es la hora del oportunista, del líder demagogo, y del extremista. Compañero es la hora del solitario corredor de fondo que durante horas y kms piensa y piensa...
NOCTURNIS TRHEE. ppnz
Pero mejor pensando en correr que no correr con malos pensamientos jeje y es que mira que somos malos.
ResponderEliminarDesde luego que es instructiva y coherente tu entrada con los tiempos que corren. Enhorabuena ppnz. Lo malo es que algún día se nos va a ir la olla con tantos pensamientos...., yo ya he llegado al convencimiento de correr un 5% más el año que viene, para compensar el 5% de disgustos, o más, que nos va a dar el gobierno... Menos mal que correr es nuestra catarsis.
ResponderEliminarcomo tendremos menos dinero para gastar saldremos a correr que es barato, pero eso si le haremos mas km a las zapatillas, le sacaremos los dedos por delante, o correremos con las kalenji
ResponderEliminarBuen artículo; con ello demuestras que lo mismo tratas temas serios, como este, que otro día cuelgas uno con tintes humorísticos. Opino igual que tú, hay una crisis de valores (genérica), pilar básico de la formación de las personas..... Por lo que a nosotros nos afecta apliquemos el deporte en valores y todo nos ira mejor.
ResponderEliminarSaludos a Jose Antonio!!! Para que veas que de vez en cuanto echo un vistazo
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