Aventura en Sierra Nevada

Este pasado fin de semana dos miembros de Nocturnis y a su vez miembros del Club de Montaña Chiclana hemos estado en Sierra Nevada estirando un poco las piernas. Lo que en un principio se planteó como una travesía por las escarpadas pistas y ascención al Mulhacén y La Alcazaba se convirtió finalmente en una durísima prueba de puro alpinismo, no exento de riesgos, debido a la cantidad de nieve acumulada en la zona, insólito en esta época del año. Nada más llegar al refugio de La Carigüela y ver los collados cubiertos de un grueso manto de nieve, los expertos, y  a su vez guías del grupo, tuvieron que tomar una rápida decisión: media vuelta o seguir. Se optó por seguir, no sin antes colocarnos crampones y portar el piolet como medio de salvación en caso de caída por las innumerables rampas existentes. Empezamos como suele decirse "despacito y con buena letra" atravesando uno de los primeros pasos comprometidos, mientras nos sobrevolaba el helicópetro de emergencias, pues luego nos enteramos que tuvieron que rescatar a dos montañeros que se encontraban en el Corral del Veleta (ver vídeo). Poquito a poco fuimos atravesando todos los pasos y collados hasta llegar a una zona conocida como "Villavientos" y luego de nuevo tuvimos que pasar otros pasos peligrosos, sobre todo por el estado de la nieve. Allí resbaló un montañero sevillano que se unió a nuestro grupo, lo que provocó escenas de pánico entre algunos de nosotros, sobre todo en una compañera, la cual lo debió de pasar mal. El chaval consiguió subir de nuevo, aunque con el susto y el cansancio acumulado decidió quedarse en el refugio de La Caldera, justo en la base del Mulhacén. Con todo esto, finalmente iniciamos el ascenso al pico más alto de la península con una mochilón impresionante en la espalda que en mi caso se vió incrementado por  tener que llevar la caseta de campaña. Así, fuimos subiendo muy despacio y casi sin aliento hasta hacer cumbre, donde nos esperaban las cámaras de Canal Sur rodando un reportaje del programa "Tierras Altas". Después de descansar allí un buen rato y tomar unas fotos iniciamos un rápido descenso hacia Siete Lagunas. Poco antes de llegar de nuevo problemas, ya que dos de nosotros caímos en unas grietas ocultas por la nieve. Un servidor fue uno de ellos, al ayudar a una compañera que cayó justo delante mía, pero gracias a Dios pudimos salir rápidamente sin consecuencias, salvo el susto. Después de 10 horas de dura jornada llegamos a Siete Lagunas, donde montamos la acampada, cenamos rápido por el fuerte viento y frío reinante y seguidamente a dormir, ya que afuera no se podía estar. Evidentemente decidimos abortar la subida a La Alcazaba.

Al día siguiente, domingo, iniciamos la marcha a las 8,30 de la mañana, y después de dar un largo rodeo por la cara sur del Mulhacén, llegamos de nuevo hasta La Caldera, para desde allí iniciar por el mismo recorrido la travesía de regreso. De nuevo caídas, esta vez la de Pedro, uno de los más experimentados del grupo (sin mayores consecuencias), y alguna nueva escena de pánico. El último repecho hasta la Carigüela sencillamente impresionante, pues dada su verticalidad y dureza de la nieve, prácticamente parecía que estábamos haciendo escalada en hielo; había que hincar bien los crampones en la pared e ir haciendo pequeños escalones para los que venían detrás. La verdad es que ha sido una gozada, muy dura, peligrosa, y soportando un peso increible en la espalda durante 18 horas entre los dos días, pero el resultado global es que ha merecido la pena, pues no todos los días se puede hacer alpinismo a cuatro horas en coche desde la playa y contemplar los hermosos paisajes y la belleza de esta zona de alta montaña; creo que en este aspecto somos unos privilegiados. Tardaré tiempo en quitarme de la retina la imagen de los componentes de la expedición, uno tras otro caminando entre collados plagados de nieve, y con el Mulhacén al fondo como espectador preferente de nuestra osadía. Si quieres ver más fotos y conocer la crónica de nuestro amigo Fali el Coleta, y guía del grupo, pincha aquí.

NOCTURNIS ONE. pulisa