A pesar de que el titulo del presente artículo pueda parecer que se va a hablar de algún producto financiero estrella, podéis estar tranquilos que no va por esos derroteros; este blog tan solo tiene cabida todo lo relacionado con nuestra afición compartida, como es el correr. Para empezar quiero destacar que el término “invertir” lo utilizo como el empleo o utilización de nuestro tiempo, según una de las acepciones del diccionario de la Real Academia Española.
Y es que, como mortales que somos, estamos obligados -o más bien, condenados- a medir nuestro tiempo y es por ello que el día tiene las horas que tiene, aunque a veces necesitemos algunas horas extra y otras estemos deseando que pase rápidamente. Por ello, los que somos fieles a este deporte, nos la tenemos que ingeniar para, una vez cubiertas nuestras obligaciones -principalmente laborales y familiares- encontrar un hueco con el que poder dedicarnos a nuestra sana y noble afición. Y así lo hacemos, a pesar de las dificultades que inicialmente se puedan plantear, sin que ello suponga un sacrificio exagerado.
El resultado de esa hora escasa que dedicamos a sudar la camiseta lo percibimos en un primer lugar en nuestro aspecto exterior, mejorando notablemente nuestro físico y psíquico -regulamos el peso y estamos de mejor humor-. Pero quiero resaltar lo que no se ve, y es que al mismo tiempo reforzamos nuestro sistema inmunológico, estando menos expuestos a contraer enfermedades; regulamos nuestra tensión arterial; aumentamos la capacidad cardiopulmonar; mantenemos niveles aceptables de colesterol, glóbulos, acido úrico, glucosa… De hecho, dedicar varios días a la semana a quemar calorías mediante un ejercicio aeróbico se convierte en uno de los mejores planteamientos de cara a fortalecer nuestra salud y prevenir la aparición de enfermedades, sobre todo aquellas ligadas al estilo de vida moderno y al sedentarismo. Por ello, si un buen inversor es el que con menos riesgos obtiene mayores beneficios; nosotros, los corredores, seríamos por tanto un ejemplo a seguir.
Y es que, como mortales que somos, estamos obligados -o más bien, condenados- a medir nuestro tiempo y es por ello que el día tiene las horas que tiene, aunque a veces necesitemos algunas horas extra y otras estemos deseando que pase rápidamente. Por ello, los que somos fieles a este deporte, nos la tenemos que ingeniar para, una vez cubiertas nuestras obligaciones -principalmente laborales y familiares- encontrar un hueco con el que poder dedicarnos a nuestra sana y noble afición. Y así lo hacemos, a pesar de las dificultades que inicialmente se puedan plantear, sin que ello suponga un sacrificio exagerado.
El resultado de esa hora escasa que dedicamos a sudar la camiseta lo percibimos en un primer lugar en nuestro aspecto exterior, mejorando notablemente nuestro físico y psíquico -regulamos el peso y estamos de mejor humor-. Pero quiero resaltar lo que no se ve, y es que al mismo tiempo reforzamos nuestro sistema inmunológico, estando menos expuestos a contraer enfermedades; regulamos nuestra tensión arterial; aumentamos la capacidad cardiopulmonar; mantenemos niveles aceptables de colesterol, glóbulos, acido úrico, glucosa… De hecho, dedicar varios días a la semana a quemar calorías mediante un ejercicio aeróbico se convierte en uno de los mejores planteamientos de cara a fortalecer nuestra salud y prevenir la aparición de enfermedades, sobre todo aquellas ligadas al estilo de vida moderno y al sedentarismo. Por ello, si un buen inversor es el que con menos riesgos obtiene mayores beneficios; nosotros, los corredores, seríamos por tanto un ejemplo a seguir.
Pedro Noctunis
buen artículo Pedro,le estás dando al blog dinamismo.
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